martes, 9 de febrero de 2016

El Faro, los Jesuitas y las mentecitas de a dólar de mi querido y triste pueblo

Les dejo el link a un editorial de El Faro, escrito por Carlos Dada, que está imperdible realmente.
Resume muchas de las cosas que pienso, de las cuales rescato estos párrafos:

El exalcalde de San Salvador, Norman Quijano, reaccionó airado ante las capturas con una respuesta común entre las filas de la derecha: “Si van a extraditar a nuestros soldados, que nos defendieron, que se lleven a Sánchez Cerén y todos los que asesinaron y destruyeron el país. Alerta salvadoreños, o todos en la cama o todos en el piso. ¿Quién responderá por los asesinatos cobardes del FMLN durante el conflicto?”. Hay algo de verdad y mucho de amnesia en esa respuesta.

La parte amnésica, falsa, de la reacción de Quijano, es sostener que el Ejército “nos defendió” de rebeldes que “asesinaron y destruyeron el país”.

A mí también me pareció chocante la reacción de Norman, quien, dicho sea de paso, quería ser Presidente, nuestro presidente, puesí, el de todos, hubiéramos o no votado por él. Me hizo recordar que en algún momento ofreció las armas durante la campaña, que instigó a la gente a hacer desórdenes porque él no ganó cuando a-pura-fuerza-quería-que-creyéramos-que-él-y-solo-él-podía-haber-ganado-y-si-ganaba-otro-era-fraude. 
Es decir, este señor tiene la violencia a flor de piel, pero no cualquier tipo de violencia, sino justamente esa de la que se habla en el caso de los Jesuitas asesinados, la violencia ejercida desde las estructuras de poder, creyéndola legítima.
Dada continúa con esta explicación:

La guerra no surgió porque el ejército se vio obligado a defender a la patria de una agresión comunista. La guerra surgió por la imposibilidad de sacar del gobierno a través de las urnas a una dictadura militar; por el cansancio de las clases obreras y campesinas ante la brutal represión de ese ejército y la descarada, inhumana explotación que de ellos hacía la oligarquía agroindustrial.

Este es uno de los hechos fundamentales que la juventud de hoy no entiende, quizá porque nadie les ha explicado, quizá porque no les interesa, quizá porque están ciegos siguiendo "al lider". No entienden por qué fue la guerra, por lo tanto no entienden qué se ganó con la firma de la Paz y tampoco entienden por qué era importante que el FMLN llegara al poder, un poder que no esperamos para nada que sea eterno, porque no es esa la idea de la democracia, pero se esperaba abrir la puerta para desmitificar muchas cosas, muchos pensamientos erróneos y sobre todo hacer ver a la población en general que no existe una sola forma de hacer las cosas.

Después de una explicación de cómo se originó la insurrección de 1932 y en qué terminó, Dada escribe:

A los campesinos que protestaron les llamaron comunistas y el ejército, encabezado por el dictador Maximiliano Hernández Martínez, se encargó de dar una lección histórica: asesinó a 30 mil de ellos. El dictador dijo que estaba defendiendo a la patria del comunismo. Y entonces comenzó aquello del odio de clases.

Eso fue hace 84 años y este país no ha avanzado ni un milímetro en revertir esta conducta. Al contrario, parece que cada día es más marcado el "unos vrs los otros", "izquierda-derecha", "los míos y los suyos" y un infinito etcétera de polarización que nos está ahogando y haciendo realidad la fábula en la que nos meten de ser como cangrejos, pateándose unos a otros, impidiéndose todos salir del huacal.

Las redes sociales y otras plataformas digitales son el lugar perfecto para observar este comportamiento en todo su esplendor. No puede hacerse nada, ni bueno ni malo, que no saque a relucir si sos "arenazi" o "farabundo", "oligarca" o "arrastrado" y un infinito de apelativos para uno y otro lado.

¿Los del centro? El centro en este país parece haberse borrado, es como un hoyo negro que se come a todo el que se acerca y lo desaparece del mapa. Un ejemplo para mí es justamente el padre de Dada, el Dr Dada Hirezi, a quien hemos visto por mucho tiempo como uno de los pocos hombres medianamente no confrontativos y equilibrado, pensante y proactivo. Vaya ud a saber qué lo hizo abandonar a medio camino el Ministerio que le habían encomendado. Y claro, el fallecido Dr Héctor Silva, que era de lo más gente que ha tenido este país en la política.

El artículo de El Faro surge porque se está en proceso de las acciones que se supone en algún momento llevarán a extraditar a España para ser puestos a la orden de un tribunal a los responsables - materiales y ojalá intelectuales - del asesinato de 6 Sacerdotes Jesuitas y 2 colaboradoras. 

Los jesuitas fueron, en América Latina, el grupo religioso que de manera más radical adoptó las enseñanzas del Concilio Vaticano II, que llamaba a la liberación del hombre en esta vida. El derecho del hombre a una vida digna.

"Cuando el hombre crea en el hombre, ya podremos vivir la paz" decía una canción que aprendí en el coro para cantar en las misas de la UCA....está difícil ¿verdad? Es difícil creer en hombres que piensan que los muertos civiles resultantes de una acción militar planificada son bajas normales de guerra; ni en las películas de Rambo podríamos encontrar eso. El que va a la guerra sabe a lo que va, sabe que en algún momento puede morir...los civiles no pertenecen a eso. Imagínese ud ser blanco a eliminar por el simple hecho de expresar ideas. Esa es otra parte que me da indignación durante las campañas políticas, ese montón de bichos, nacidos en El Salvador de la paz, que alegaban que si la izquierda llegaba al poder iban a "perder sus libertades" y salieron con brillanteces del calibre de "no habrá papel higiénico, no habrá pollo"...

No hay comentarios: